A lo largo del crecimiento, el cachorro debe contar con una respuesta nutricional formulada para satisfacer sus necesidades específicas.
Estas necesidades difieren a las de un perro adulto y dependen de su índice de crecimiento, el cual dependerá del tamaño estimado para la edad adulta.
Por ejemplo, a los 10 meses, un perro Mini ha alcanzado su peso adulto y ha multiplicado su peso al nacimiento por 20. Un perro Giant, en cambio, continuará creciendo hasta los 18 a 24 meses y multiplicará su peso al nacimiento por 100.
Por lo tanto, en un perro grande con un período de crecimiento prolongado, se debe evitar un aumento de peso rápido y excesivo para reducir el esfuerzo sobre sus articulaciones aún inmaduras, ya que esto podría ocasionarle trastornos óseos y articulares cuando sea adulto.
En un cachorro pequeño con un corto período de crecimiento, se deben ajustar regularmente las raciones para evitar el riesgo de sobrepeso.
Fuente: “Guía del cachorro” de Royal Canin.